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Y SI ME PIERDO, ¿QUÉ?

Estoy perdida desde que tengo razón.

 

Desde un tiempo atrás todas las mañanas me levanto con el sol en los ojos y la esperanza en el corazón, sin embargo, cada tarde y llegando la noche el miedo se me apodera.

Cada día es una lucha constante, unas veces lucho conmigo teniéndome como compañera y otras lo hago contra mi.

En ciertas ocasiones me miro al espejo y me amo, otras lo hago y no me reconozco.

Por muchas situaciones creo amar el mundo, por otras, quiero que se acabe.

Cuando lo veo a él todo mejora, y él sabe cómo subirme al cielo, pero no olvido que experto en dejarme caer.

Cuando el mundo se me cae no acostumbro a pedir ayuda, yo sola lo recojo, pero si vuelve a caer, me acuesto en el suelo con él.

Estoy perdida y cansada de buscarme porque cada vez que lo hago me pierdo más. Estoy perdida y no quiero que me busquen, pues sería contraproducente

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Deja que me pierda; un día ya no lo estaré.

NO TE ENAMORES DE MI

No te enamores de mi y no luches para que yo me enamore de ti porque, al final, siempre es a mi a quien termina doliéndole. 

No te enamores de mi, pues tú amas las aventuras extremas y yo solo querré darte libros. Porque mientras hablas de películas de acción yo solo querré compartirte mis dramas. No te enamores de mi porque a mi me encanta el blanco y tú amas el negro.

No te enamores de mi porque yo solo deseo a alguien que esté para mi en las buenas y malas, pero sobre todo en las malas, y en esas tú no sabes cómo estar. Quiero a alguien que ame mi luz pero también que adore mi oscuridad, y esa te da pánico. Deseo alguien que me disfrute al 200% y tú al 100% te agotas. Alguien que disfrute la compañía y sea neutral en la soledad, y tú en esta última eres un monstruo. Quiero a alguien que quiebre mis huesos mientras me abraza, y estoy segura que más que eso, tú quebrarás mi corazón.

DOMINGOS

Los domingos están llenos de fantasmas. Fantasmas que solíamos ser. Fantasmas de personas con las que compartimos parte de nuestra vida, pero ya no están. Fantasmas de lo que anhelamos ser y nunca fuimos.

Fantasmas en las calles de muchas personas que en días normales llenan la ciudad. Fantasmas de aquellos amores que domingos pasados nuestros cuerpos abrazaban, y nos hacían sentir que lo teníamos todo, que lo podíamos todo. 

Ahora ya no somos, ya no estamos, pero los fantasmas siguen aquí. Ahora vamos por la vida siendo, estando, conociendo, disfrutando y poseyendo nuevas identidades, personas y cosas; todas ellas cubiertas con nuevas

energías. Pero, lastimosamente y quizá en un futuro nuevos fantasmas serán.

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